Los aceites vegetales están volviendo a estar en primer plano. Y con razón, su eficacia ha sido probada durante siglos mediante usos ancestrales. Hoy en día, su calidad está muy controlada. Esto permite tener acceso a verdaderos tesoros y confiar plenamente en su composición. Por lo tanto, es fácil elegir correctamente tu aceite vegetal según los usos relacionados con las composiciones, el olor, el sabor o la textura específica.
¿Cuál es la diferencia entre un aceite vegetal y un macerado oleoso?
Un aceite vegetal proviene de grasas extraídas de semillas, pepitas o huesos de una planta. Por ejemplo, encontramos aceites vegetales de hueso de albaricoque, jojoba, aguacate, comino negro, argán, almendra dulce, rosa mosqueta, onagra, etc.
Mientras que un macerado oleoso es un método de extracción de principios activos de una planta mediante la maceración en un aceite vegetal base neutro. Generalmente de girasol, para que impregne un máximo de moléculas activas. Por ejemplo, encontramos macerados de zanahoria, hipérico, árnica, caléndula, etc.
¿Cómo reconocer un aceite vegetal o un macerado de calidad?
- Para preservar los activos naturales que contiene, el aceite debe extraerse exclusivamente de manera mecánica a baja temperatura: es la presión en frío.
- El aceite no debe sufrir ningún tratamiento antes o después del prensado. Se dice que es virgen.
- El aceite debe ser orgánico para evitar residuos de pesticidas que puedan alterar su calidad.
- El aceite se conserva lejos del aire, el calor y la luz.
- Su durabilidad depende principalmente de su composición en ácidos grasos. Los aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales son más sensibles a la oxidación. Por lo tanto, no se pueden conservar más de 6 meses, mientras que un aceite vegetal casi exclusivamente compuesto de ácidos grasos saturados, como el aceite de coco, se oxida muy poco.
Aceite vegetal y aceite esencial
El aceite vegetal es un extracto lipídico de una planta oleaginosa, es decir, una planta cuyas semillas, frutas y nueces contienen lípidos. Mientras que un aceite esencial se obtiene por destilación de una planta aromática. Un aceite esencial es mucho más concentrado en principios activos pero no es graso. Requiere precauciones especiales, como la dilución en un aceite vegetal con el que se combina muy bien, favoreciendo así la absorción de los aceites esenciales en la piel. Lo ideal es combinar las propiedades de los aceites esenciales y los aceites vegetales para crear una sinergia equilibrada y enfocada para una acción cosmética o de salud.
Uso
Si los aceites vegetales son excelentes bases para los aceites esenciales, también son muy útiles cuando se usan solos. Por ejemplo, para nutrir y proteger la piel o como complemento alimenticio*. En este caso, agrégales a tus ensaladas o al final de la cocción para no alterar sus propiedades con un calor demasiado fuerte. Para elegirlos, observa cuidadosamente sus composiciones en ácidos grasos esenciales y vitaminas. Esto te dará indicaciones sobre sus propiedades, como cicatrizantes como la caléndula, antiinflamatorias como el árnica o antienvejecimiento como la onagra.
Precauciones de uso
Los aceites vegetales generalmente pueden ser utilizados por toda la familia. Especialmente los aceites más neutros como el aceite de almendras dulces o de hueso de albaricoque. Sin embargo, ten cuidado con el aceite de rosa mosqueta que no siempre es tolerado por las pieles sensibles. Cuando pruebes un aceite vegetal por primera vez, es mejor probarlo previamente en cantidades muy pequeñas en el pliegue del codo.
*No todos los aceites vegetales son adecuados para el consumo. Por favor, infórmate previamente.